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Por. Carlos Vidal © 2021

Hace un tiempo que me llama la atención el reflexionas sobre la imagen visual desde adentro, he realizado fotografía por más de quince (15) años y disfruto mucho el acto de producir una imagen. Los aspectos técnicos o metodológicos como hacedor de imágenes visuales los comprendo y me gusta compartirlos. El asunto cambia cuando la reflexión se hace, como ya lo mencioné, retornando a sí mismo. A la concepción filosófica o como a mí me gusta etiquetarlo en redes sociales: #PensamientoAudiovisual #foografiadesdeelser #paralosojosquenoven #fotografosquereflexionan

Y en ese sentido, son muchos los autores que han escrito sobre el tema, uno de los más mencionados es Roland Barthes, pues marco un hito en la historia. En su último libro: “La cámara lúcida”, publicado por primera vez en 1980, es obra que se convierte en referencia en cuanto a la reflexión en torno a la imagen.   

Su escrito es autorreferencial y se centra en indagar lo que la Fotografía provoca en el individuo que la contempla, de ahí su carácter ontológico.  De modo que el texto plantea dos ideas principales: la muerte y la subjetividad. En la discusión Barthes expresaba su enojo al darse cuenta de que nadie le hablaba de aquellas fotografías que realmente le interesaban, de las que le producían algún placer o emoción, y se centraba en explicar una fotografía de su madre que nunca llega a mostrar. Con este punto de partida, sencillo y humano, el autor reflexiona sobre la fotografía, la memoria y el modo en el que recordamos y valoramos las imágenes, e incluso sobre la posibilidad o imposibilidad de la visión crítica de las mismas… llegando a la conclusión de que: “En el fondo la Fotografía es subversiva, y no cuando asusta, trastorna o incluso estigmatiza, sino cuando es pensativa” .

Ahora puedo decir, que ir hacia nuestro interior, es en el eterno retorno donde somos capaces de reconocer nuestra verdadera esencia, y comenzamos a darle intención a nuestra vida desde lo más profundo de nuestro ser. Esta idea sustenta el valor que diferencia el compromiso con el trabajo y es que, en la actualidad hay más fotógrafos que ciudadanos.   

La conexión con nosotros mismo define un estilo, una cultura visual y una visualidad que debe ser cuestionada por que hegemoniza o condiciona la visión. Volver a crease desde adentro, es la contrahistoria que permite la rearticulación de una mirada relacional, igualitaria y recíproca. La imagen visual es una forma de conocimiento, y su practica es realizada dentro de un contexto interdisciplinar y debemos partir de las personas, la experiencia significativa no esta en las herramientas tecnológicas que utilizamos para realizar nuestra actividad, nuestro valor como hacedores de imágenes abre la puerta a nuevas posibilidades para replantear con otra mirada y otras manos el ejercicio de la fotografía.